VIAJE A TURQUÍA: DIA 4.- CAPADOCIA

Los más madrugadores pudieron ir a una excursión opcional que sólo costaba 150 Euros, un paseo en globo por la capadocia. Una autentica maravilla para los que se lo pudieron permitir, los que no disfrutamos de unas horitas más de sueño reparador.

Otro día mas podemos disfrutar de un estupendo desayuno en el hotel (aunque para gustos colores) y posteriormente salimos en dirección a una de las famosas ciudades subterráneas,  Serhatli o Ozkonak, que sirvieron como refugio para los cristianos. Estas ciudades subterráneas servían para la defensa de sus habitantes, llegaban a descender hasta quince niveles y en ellos se almacenaban alimentos para permanecer escondidos mientras durase la amenaza externa. Prácticamente todo el grupo descendió hasta el nivel mas profundo visitable y fue una experiencia inolvidable. Sobre todo recordaré aquellos pasillos estrechos que podían cerrarse mediante puertas de piedra de granito rodante.

Posteriormente visitamos el valle de Pasabagi  mientras caminamos entre múltiples y  extrañas y curiosas formaciones rocosas de origen volcánico la belleza del lugar era innegable. Un paseo por el recorrido parecía insuficiente para tratar de mantener en el recuerdo este espectacular paisaje.

Seguimos nuestra visita por el Valle Rojo, el de las palomas y el de los cazadores, algunos de los cuales nos los perdimos debido a la escasa visibilidad que un día de niebla densa  nos negaba. La suerte fue que el inicio del día nos había respetado y que al menos pudimos disfrutar de la mayor parte del día.

La comida fue de las mas flojas del viaje (a excepción de la que tuvimos en Ankara), porque aunque fue menú, la variedad no fue su mayor característica.

La visita comercial del día fue una Cooperativa de alfombras donde pudimos conocer la artesanía más antigua de los turcos donde nos mostraron el proceso de producción de los diferentes modelos de alfombras. Se nos explicó desde la obtención del hilo de seda de a partir de los capullos hasta el proceso de teñido natural del algodón. Fue una interesante visita que concluyó con un intento de vendernos alfombras a los turistas.

Tras una cena de las buenas en nuestro hotel decidimos una salida nocturna por la población que terminó con muchas risas, guitarra y chistes malos de algunos de los participantes. La pena fue que no pactamos los precios de las bebidas con el local y en este país cuando no tienes pactados los precios te cuesta caro. No obstante quedará para el recuerdo los buenos ratos que pasamos tomando cervezas, cacahuetes y tocando canciones de nuestra cultura en un pafeto turco.