Tras el desayuno en el hotel nos dirigimos en autobús a otra de las visitas comerciales, esta vez otra joyería, pero creo que fue muy rápida porque ni me enteré.
Desembarcamos en la plaza frente a Santa Sofia con una leve llovizna que nos acompañó la mayor parte del día. La suerte es que solo fue una leve llovizna y no una lluvia de las que te cala. Esta imponente mezquita hizo las delicias de todos y nos maravilló. Esta mezquita contiene unos de los mosaicos bizantinos más bellos del mundo. El espacio, la altura y la magnificencia de esta mezquita no nos dejó indiferentes.
Posteriormente nos dirigimos al hipódromo y mientras esperábamos la hora de visitas de la mezquita azul vimos el Hipódromo antiguo, donde se sitúa el Obelisco Egipcio, la Fuente Alemana y la Columna Serpentina.
Queda poco de aquel antiguo hipódromo, pero con algo de imaginación pasamos los minutos antes de poder entrar a la hermosa Mezquita Azul, la única del mundo con 6 minaretes.Posteriormente, nos dirigimos al Bazar de las Especias donde tuvimos tiempo libre para poder realizar unas compras de especias en este peculiar mercado en el que todos los sentidos se unen para disfrutar de la visita. Los sonidos del ambiente, los colores de las especias, como no, su aroma hacen de este mercado un lugar único y de obligada visita en la ciudad. Según nos contaron el Mercado de las especias fue construido por los otomanos en el siglo XVI, y desde entonces ha sido utilizado como el principal mercado de las especias y las hierbas.
Finalmente nos quedamos pasando la tarde por el gran bazar para apurar lo poco que nos queda de viaje ya que mañana partimos de regreso a nuestros orígenes.
El gran Bazar no es fácil de describir es el lugar donde uno puede encontrar casi de todo, lo que no se encuentra en el interior sales del Bazar y callejeas por sus caóticos alrededores y lo encontrarás. Cientos o miles de pequeños vendedores que tratan de vender sus productos, según dicen la cuna del pirateo turco, donde todos dicen venderte productos originales y tu tratas de regatear hasta el céntimo. Un juego al que los turcos juegan de forma especial, “el regateo” y al que los turistas nos enfrentamos y a veces creemos ganar.
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